Son muchos los cantantes que forman parte de mi lista de favoritos; algunos son una especie de recuerdos y el legado más hermoso que fui aprendiendo de mi padre, cuando en aquellas tardes sabatinas, lo veía canturrear una canción de un tal Conticinio, Reinaldo Armas, Los Blancos, Julio Jaramillo,Alci Acosta, Los Guaraguos y Vicente Fernández, entre otros. Aún Dios me permite vivir esta especie de rutina familiar. En mi repertorio musical guardo especial respeto y admiración por Joaquín Sabina, Soledad Bravo, Marck Antony, Rubén Blades, Oscar de León y alguno que otro, de estos talentos no tan de antaño: Olga Tañón, Cristian Castro, Laura Pausini, Chino y Nacho y más. Explico esto, por que en aquello del periodismo no se sabe cuando se entrevistará a este o aquel, nos guste o no. Y me tocó. Recientemente viví una experiencia que vale la pena contar.
La mega noticia del año para Puerto Cabello y su gente (Y para muchos venezolanos) fue que el Grupo Internacional "Aventura", daría el gran show con motivo de celebrarse los carnavales. Llegó el gran día y todos estaban a la expectativa, esperando que Romeo y sus amigos salieran a la tarima y regalaran sus románticos éxitos que han hecho llorar a muchos y que han dado la vuelta al mundo. Yo por mi parte, me sentía distraída y poco convencida de que aun estuviera cubriendo un evento que no era mi favorito y que por muchos medios, rechacé. Pero que espectáculo el visto esa noche. Debo reconocer que estuvo genial la presentación de los reyes de la bachata, la magistral interpretación de esos temas que coreaban los fanáticos y que poco a poco me contagiaron de esa extraña sensación de sentir a un cantante, su favorito. Mis respeto a quienes elogian a estos chicos. Su Talento no tiene fronteras. Salí a plena madrugada del lugar con dos convicciones: la primera, que sigo sin ser fans de ellos. La segunda que, desde entonces, si lo soy de tal Romeo
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