jueves, 10 de marzo de 2011

Comunidad El Palito merece la atención de todos


Pararse a la orilla de su carretera se ha convertido en una referencia para quienes viajan por la Autopista Valencia-Puerto Cabello. Y es que El Palito, comunidad que reside apostada en la vía, que parece siempre estar pidiendo un poco de orden, que la inclemencia del sol y las largas colas en temporadas vacacionales o fines de semana, hace colapsar, es hoy un lugar que merece la atención de autoridades, turistas, habitantes y conductores.
Si bien es cierto que comercial- y hasta culturalmente-, este poblado carabobeño tiene una connotación especial por sus tradicionales y ricas empanadas, hervidos, asopados, pescados y otros, es asiento de una refinería y de posadas turísticas, su panorama no es el más adecuado. A simple vista se ve sucio y desorganizado. En él abunda la economía informal y el crecimiento poblacional, parece ahogarlo en construcciones improvisadas y callejones y aceras con reducidos espacios y, por consiguiente, con poca transitabilidad peatonal. Ha crecido la basura, la falta de servicios públicos y la contaminación, entre otros agentes perjudiciales. El reordenamiento de este lugar pareciera estar lejos de los proyectos gubernamentales, el control sanitario es violado constantemente y las estadísticas de salubridad, en general, son cada vez más altas.
En ocasiones se ha dicho, y es del conocimiento público, que sus habitantes viven de lo que gracias a las ventas diarias, generan. Pero también es cierto, que no existen alternativas para ellos y para que muchos de estos negocios funcionen como es debido.
Vale la pena que comunidad organizada, autoridades, conductores y turistas pudieran diseñar planes para darles el verdadero valor comercial y cultural a este lugar y sobretodo a sus habitantes, que luchan día a día por vivir en mejore condiciones.

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